Cristina Fernández. Los villancicos son uno de los iconos navideños que siempre vuelven por estas fechas en sus versiones tradicionales o renovadas. Son las canciones que hemos aprendido en nuestra infancia y están en nuestra memoria para siempre. En la Nochebuena de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, las voces de algunos soldados cantando villancicos fueron capaces de parar la barbarie durante unas horas. En el frente de batalla, las trincheras de ambos bandos estaban tan cerca que cuando los alemanes comenzaron a cantar el Stille nacht, heilige nacht (Noche de paz, noche de amor), los franceses y británicos entendieron el mensaje y emocionados respondieron cantando otros villancicos. La tregua espontánea, conocida como la Tregua de Navidad, les devolvió el espíritu humano y después de enterrar a los muertos, se animaron a jugar al fútbol con improvisados balones, compartieron cigarrillos, comida y hasta intercambiaron risas y regalos. El villancico austriaco Noche de paz , con l
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